El diputado a la Asamblea Nacional (AN) de 2015, José Guerra, presentó los resultados mensuales de los estudios del observatorio y explicó que esta desaceleración guarda relación con una menor depreciación del bolívar frente al dólar, pues en agosto el tipo de cambio apenas incrementó 2,7%.
«El costo del dólar aumentó 2,7%, pero los precios subieron 10,6%. Esto quiere decir que la inflación interna es mucho más elevada que los productos traidos a Venezuela desde el exterior», explicó.
Este es el resultado de un proceso de sobrevaluación del bolívar, en el que el valor nominal baja se deprecia y da la ilusión de tener un mayor poder de compra del que debería, por lo que los bienes locales suben de precio y resulta más conveniente importar productos.
«El Bolívar está teniendo más poder de compra externo que interno porque los precios en Venezuela suben más de lo que se deprecia la moneda. Los precios de los productos elaborados en Venezuela lucen más caros que los importados pese a aranceles mayores y gastos de transporte», explayó Guerra.
Las autoridades del sector de la economía nacional intentarían contener la inflación mediante la importación de productos más económicos que los disponibles en el mercado interno, una práctica que colapsa porque Venezuela no tiene suficientes reservas internacionales.
«El Banco Central de Venezuela está recurriendo al oro porque las reservas líquidas se están agotando para cubrir estas distorsiones», agregó el economista.
Desaceleración de la inflación
En los últimos meses se ha evidenciado un proceso de desaceleración de la hiperinflación. Pese a que Venezuela aún se enfrenta a ese factor nocivo para su economía, pero en menor medida que en el pasado.
Según los datos del OVF, la inflación anual entre agosto de 2020 y agosto de 2021 se estimó en 1.743%. Es una reducción evidente al considerar que la inflación interanual registrada entre agosto de 2019 y de 2020 fue de 3.078%.
Por otra parte, la inflación acumulada a lo largo de 2021 alcanza un 470,3%. A estas alturas del año pasado, este indicador se estimaba en 1.079,67; más del doble del registro de este año.
De acuerdo con Guerra, la desaceleración responde principalmente a la medida de encaje legal que el oficialismo aplicó a la banca, lo que llevó a una restricción importante de la liquidez monetaria. Sin embargo, sostiene que este elemento ya perdió peso porque los créditos otorgados por el sector bancario están indexados al dólar.
«Todos los créditos están indexacos al tipo de cambio. No vale la idea de que los créditos son baratos. En este momento se han limitado de manera importante porque están indexados», razonó.
Con una liquidez restringida hay menos movimiento de bolívares y, por lo tanto, los pocos que hay circulantes tienden a conservar su valor y la capacidad de adquirir bienes y servicios con ellos. Mientras que, cuando hay más bolívares, se necesitan más unidades para comprar los mismos productos.
La canasta se encarece en dólares
El OVF también presentó el indicador de la canasta básica correspondiente al mes de agosto. Sus mediciones indican que una familia necesita al menos 1.251.721.401 bolívares, equivalentes a 305,09 dólares, para adquirir los productos alimentarios que necesita en un mes.
Esta canasta incrementó su precio en 2 dólares en el transcurso de un mes, pues en julio se tasó en 303,08 dólares. Sin embargo, a lo largo del año se ha encarecido mucho más y al tener como referencia agosto del año pasado, la diferencia es aun mayor.
Durante agosto de 2020 la canasta básica alcanzó un precio de 220,85 dólares. Esto quiere decir que, en el transcurso de un año, los precios de los bienes alimenticios, medidos en dólares, son 38% más caros.
«Ha habido una destrucción del poder adquisitivo del bolívar y los salarios como consecuencia del incremento de la canasta en dólares. No hay salario en Venezuela, ni siquiera en dólares, que compense este incremento», destacó el parlamentario.
La OVF también presentó la variación mensual en los precios de cada rubro, como se puede observar en la siguiente lista:
- Alimentos y bebidas no alcohólicas: 9,7%
- Bebidas alcohólicas y tabaco: 2%
- Vestido y Calzado: 6%
- Alquiler de vivienda: 4,1%
- Equipamiento del hogar: 0,4%
- Salud: 3,7%
- Transporte: 3,8%
- Servicios de Comunicación: 3,9%
- Servicios: 24,3%
- Esparcimiento: 35,1%
- Educación: 7,9%
- Restaurantes y hoteles: 2,6%
- Bienes y servicios diversos: 3,8%
Los rubros de mayor incremento fueron los de servicio y esparcimiento, aunque la educación también tuvo un aumento inusual. Según Guerra, estos aumentos específicos guardan relación con el inicio del año escolar, mientras que la estabilización de algunos rubros tiene que ver con la dolarización de servicios como la electricidad, el internet, las telefonías o el aseo urbano.
Finalmente, Guerra recalcó que para adquirir la canasta alimentaria se necesitan 178 salarios mínimos, mientras que en el mes pasado se necesitaban 162. No obstante, recuerda que es una medida superficial, ya que con los bonos que otorga el oficialismo, se incrementan los fondos de quienes cobran sueldo mínimo a unos 8 o 9 dólares mensuales, cantidad que tampoco es suficiente para ninguna familia venezolana.