De acuerdo con los datos de Foro Penal, con la muerte de Baduel son 10 los presos políticos que fallecen bajo custodia de organismos de seguridad del Estado
El general retirado de la Fuerza Armada Nacional (FAN), Raúl Isaías Baduel, falleció este martes 12 de octubre a causa de la covid-19, aún cumpliendo condena como preso político del gobierno de Nicolás Maduro.
La información fue difundida por el fiscal general impuesto por la ilegítima y disuelta asamblea constituyente, Tarek William Saab, quien aseguró que Baduel ya había recibido la primera dosis de la vacuna y que se le aplicaban los cuidados médicos correspondientes, aunque los responsables de su custodia nunca informaron sobre su contagio de covid-19.
De esta manera, la muerte del también exministro de Defensa puso fin a sus 12 años de privación de libertad, acumulados entre un encarcelamiento inicial de seis años, un año de prisión domiciliaria y otros cinco años de encierro.
Los 12 años de prisión para Baduel
Baduel fue encarcelado originalmente en abril 2009 por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) bajo señalamientos de presuntos actos de corrupción durante su gestión como ministro. La condena llegó el 7 de mayo, cuando lo sentenciaron a 8 años de prisión por os delitos de apropiación indebida de bienes del Estado y corrupción.
Se mantuvo encerrado en la cárcel de Ramo Verde, ubicada en Los Teques, durante seis años, hasta que recibió una medida sustitutiva de libertad el 12 de agosto de 2015. Cinco meses permaneció bajo el régimen de casa por cárcel, con la prohibición de no poder hablar con medios sobre su caso.
En enero de 2016 fue trasladado a tribunales y nuevamente fue encarcelado tras ser acusado de incumplir su libertad condicional. Con tan solo un año restante de condena vigente, se le imputaron nuevos delitos y fue encerrado en la cárcel de la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), ubicada en Plaza Venezuela.
En este centro de reclusión, y sin una sentencia judicial que justificase su encierro, habría sido víctima de torturas físicas y psicológicas, en una celda especial conocida como «La Tumba» y tuvo que esperar un año para que se concretara su audiencia preliminar, aunque es un proceso que debería completarse en un lapso de 45 días posteriores a la detención.
En junio de 2019, fue trasladado desde la sede del Sebin en Plaza Venezuela hacia las instalaciones de la Policía Militar, en Fuerte Tiuna, sin informar a su abogado o a sus familiares, por lo que estos denunciaron una desaparición forzada y no pudieron verlo sino hasta tres meses después.
Las vejaciones le provocaron problemas de salud, por lo que en diciembre de 2019 fue internado en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en Fuerte Tiuna, donde según su abogado, Guillermo Rojas González, el militar retirado no recibió la atención pertinente.
A inicios del 2020 fue llevado nuevamente a la sede del Sebin en Plaza Venezuela y su último traslado se registró el pasado 29 de septiembre, hace apenas dos semanas y sin diagnóstico alguno de covid-19. Fue llevado a otra sede del Sebin, en El Helicoide, presumiblemente ante la expectativa de llegada de observadores internacionales.
«Están sacando a presos políticos porque supuestamente vienen unos observadores. Eso es una prueba de que en ese lugar se cometieron horrores terribles, vayan para que vean como tenían prisioneros políticos. Quieren borrar evidencias de violaciones de DDHH», denunciaba la diputada a la Asamblea Nacional electa en 2015 y defensora de derechos humanos, Delsa Solórzano.
Presos políticos sin garantías
La muerte de Baduel es un recordatorio del estado del sistema penitenciario venezolano, que no otorga las mínimas garantías para asegurar la vida y la salud de los presidiarios.
El defensor de derechos humanos, Gonzalo Himiob, director de la ONG Foro Penal, indicó que ya son 10 los presos políticos fallecidos bajo custodia del régimen. «La responsabilidad sobre la vida y la salud de cualquier detenido recae sobre el Estado», resaltó.
Es pertinente acotar que uno de los hijos del fallecido exfuncionario venezolano también es un preso político del régimen. Se trata de Josnars Baduel, quien fue capturado durante la incursión de un grupo de venezolanos y extranjeros a las costas venezolanas en la denominada «Operación Gedeón» que tenía como premisa el derrocamiento de Nicolás Maduro.
Además, otros familiares de Raúl Baduel han sido víctimas de acoso y persecución por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, como su yerno, Gerardo Carrero, quien estuvo preso durante más de un mes y fue excarcelado bajo medidas cautelares.