Hace más de una semana el régimen de Nicolás Maduro pateó la mesa de negociación que sostenía con los sectores mayoritarios de la oposición. No es cosa nueva que el gobierno abandone los procesos. El reciente argumento, para justificar su decisión, fue la extradición a Estados Unidos desde Cabo Verde del empresario colombiano Alex Saab, acusado de lavado de dinero y de ser testaferro del gobernante venezolano.
Hasta ahora no hay vestigios de que esas negociaciones vayan a retomarse. Así, han quedado, una vez más, temas de carácter político, social, económico y hasta humanitarios en el congelador.
Para Felipe Mujica, secretario general del Movimiento al Socialismo (MAS) nuevamente fracasa un intento de dialogar en la búsqueda de soluciones por razones que, en su opinión, no pueden calificarse de verdaderas o trascendentales sino que apuntan a que los factores políticos, de nuevo, han sacado de la agenda a Venezuela para priorizar los intereses particulares.
A Mujica no le sorprende la decisión de la delegación de Maduro. Por el contrario, afirma que es parte del patrón del régimen de inventar razones para dejar de concurrir a las negociaciones cada vez que estas avanzan en temas para el país.
La delegación del oficialismo es liderada por el presidente de la AN electa en 2020 Jorge Rodríguez y la integran los diputados Nicolás Maduro Guerra, Francisco Torrealba, Diva Guzmán y Genifer Garvett; el gobernador de Miranda Héctor Rodríguez y el agente del Estado ante el Sistema Internacional de Derechos Humanos Larry Davoe.
«Antes de este proceso el diálogo más cercano fue el de la mesa de diálogo (2019), que trabajó la temática electoral y para que se eligiera un nuevo organismo electoral, pero eso también se quedó a mitad de camino porque, cuando se llegó al punto de la proporcionalidad, el gobierno y sectores de oposición no quisieron avanzar y, por esa razón, tenemos en la Asamblea Nacional una bancada opositora
que si acaso llega al 8% o 9% de total», dice.
Para el secretario general del MAS las negociaciones en México tuvieron un toque absurdo: el hecho de que el gobierno de Maduro reconociera en el proceso a representantes de partidos que en Venezuela no reconoce. En este sentido, recalca que el poder juega muy bien su estrategia en todos los escenarios y que los sectores de la oposición deben tratar de tener objetivos en común para lograr tener el mismo desempeño.
Felipe Mujica espera que las negociaciones se retomen y que esta vez participen realmente todos los sectores. Asevera que queda en evidencia la manipulación de la situación por parte del gobierno; pero no deja de afirmar que también hay una responsabilidad alta por parte de la oposición en su conjunto por falta de objetivos comunes.
Mujica es enfático al subrayar que los temas humanitarios, de pobreza y de la situación de la ciudadanía son razones suficientes para sostener las negociaciones.
«En Venezuela hay que buscar que algún factor internacional convoque a la oposición para entender que lo más importante es el país. Eso debería ser comprendido, pero no ha habido ni forma ni manera, a pesar de que diversos sectores lo han dicho», agrega.
Rehabilitación política
Para Luis Augusto Romero, diputado de la Asamblea Nacional (AN) electa en los cuestionados comicios de diciembre del 2020, el diálogo de México tuvo fallas importantes desde su génesis, el principal, a su juicio fue sacarlo de Venezuela.
El también secretario general nacional de Avanzada Progresista menciona que tanto el gobierno como la oposición que se ha sentado en la reuniones de México han dado a entender que los puntos discutidos fueron meramente de índole electoral y, aunque no lo fustiga, destaca que hay temas que tienen que ver con el ciudadano y urgen ser atendidos como, por ejemplo, la situación de los educadores y trabajadores de la administración pública.
Romero recalca que el gobierno de Maduro utilizó la instancia de México para preservar sus intereses puntuales, mientras que, por otro lado, participó una oposición que buscaba «la rehabilitación político-electoral y la devolución de tarjetas».
El parlamentario es claro en afirmar que la polarización una vez más marcó el desempeño del diálogo y por esa razón de nuevo las negociación como, dice, lo han demostrados los hechos se detienen.
Romero, al igual que Felipe Mujica, cree urgente que las negociaciones se amplíen a otros sectores político partidistas, las academias y las universidades. Así como también, que se contemple el diseño de una agenda que aborde asuntos que tengan que ver con elecciones, pero que también priorice reivindicaciones para la población que está atada a una crisis.
«En la medida en que la oposición logre consensuar una agenda y estrategia común podremos lograr mas objetivos frente al gobierno que tiene bien definida su estrategia», apunta.
Asimismo, sugiere que una forma para retomar el diálogo podría ser repitiendo la experiencia de la mesa de diálogo que partidos de la oposición minoritaria sostuvieron con el régimen de Maduro y que si bien tuvo resultados insuficientes, se logró avanzar en puntos importantes.
Por su parte, el diputado José Gregorio Correa cree que las negociaciones se van a retomar. Ante este eventual escenario destaca como imprescindible que se acabe el diálogo turístico y el proceso de nacionalice.
«Lo que propongo es que ese diálogo sea en Venezuela, no tiene por qué ser turístico y que lo que no hicieron en el pasado lo hagan ahora, dijo Correa, quien funge como el coordinador de la bancada Alianza Democrática que reúne a los partidos que no forman parte del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, que agrupa al PSUV y sus satélites.
Medida de presión e intromisión
El diputado Oscar Ronderos, en tanto, dice estar seguro de que las negociaciones se retomarán luego de las megaelecciones convocadas para el 21 de noviembre próximo. El militante de Acción Democrática (AD) considera que tanto el gobierno como los sectores de la oposición están interesadas en conversar.
Para Ronderos, pausar las mesas de diálogo por el tema de Alex Saab no fue una excusa sino un mecanismo de protesta válido, en su opinión, en tanto que el gobierno dice que Saab es uno de sus representantes.
«Creemos que las conversaciones podían continuar independientemente de la detención de Alex Saab, a pesar de que considero que es una intromisión del gobierno de Estados Unidos en hechos ocurridos en Venezuela y que no tienen que ver con esa jurisdicción territorial», dice.
Con Ronderos parece coincidir el diputador Javier Bertucci, quien rechazó la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano Alex Saab. En declaraciones ofrecidas a un medio internacional, dijo que considera que la medida busca presionar a Nicolás Maduro para que se realicen elecciones presidenciales.
«Esta iniciativa de extraditar bajo el esquema de un madrugonazo a Alex Saab, busca presionar al Gobierno para que acepte esa condición de elecciones presidenciales y parlamentarias. Sin embargo, creo que es una jugada muy riesgosa, porque si se rompe el diálogo de manera definitiva los afectados son los venezolanos», agregó.
No obstante, lamentó que el oficialismo se haya levantado de la mesa de negociaciones en México. «Lamentablemente el hecho de que el Gobierno decida levantarse de la mesa de diálogo en México, e incluso lo que acaba de suceder con Alex Saab en su extradición a Estados Unidos, no debe verse como un asunto de gobiernos, esto es un asunto de los venezolanos.
Por los vientos que soplan
Tras la ejecución de la extradición del empresario colombiano Alex Saab a EE. UU., la administración de Nicolás Maduro decidió unilateralmente no mandar a su delegación a México para iniciar una nueva ronda de negociaciones, prevista a iniciarse el domingo 17 de octubre.
A pesar del pedido por parte de la Plataforma Unitaria y de varios países, entre ellos Noruega, que regresaran cuanto antes a la mesa de negociación y buscar salidas a la crisis, Maduro aseguró el 18 de octubre que «evaluará» la situación en cuanto al proceso de diálogo, a lo que agregó que la suspensión de las negociaciones «es la primera acción» que tomará tras la extradición de Saab, a quien nuevamente defendió como diplomático venezolano.
«Después evaluaremos qué va a pasar con esos diálogos, después evaluaremos. Por ahora, estamos indignados y protestando y enfrentando la injusticia, después veremos. La primera acción es la suspensión del diálogo. La segunda será que haya justicia. Ahora es que la batalla empieza. La Cancillería ya ha comenzado su ofensiva diplomática», expresó en un acto de su partido transmitido parcialmente por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).