Expertos consultados por TalCual coinciden en que en Venezuela nunca ha prevalecido la cultura del mantenimiento a la estructural vial y las consecuencias que se derivan de ello han sido alertadas por la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat que considera que la solución del caos de transporte amerita un enfoque sistémico que aborde la operatividad de las unidades y la funcionalidad de las arterias
La dejadez de las autoridades del Estado se palpa en las calles. Cuando se podía pensar que el colapso del servicio de transporte público y de la estructura vial no podía ser peor sucedió lo inimaginable: en menos de una semana dos grandes huecos arrastraron un camión y una unidad de transporte en el centro de Caracas.
El primer suceso ocurrió el 26 de octubre en horas de la mañana. Un camión tipo encava cayó en un megahueco que se abrió en la calle estadio de Altavista, en Catia, Caracas. Cuatro días después se registró la caída de un autobús en un megahueco, específicamente en la calle Simón Bolívar del sector Artigas, al oeste de la capital.
Del caso de Artigas se pudo conocer que, desde el año pasado, vecinos de San Martín habían denunciado botes de agua potable sin recibir respuestas por parte de Hidrocapital, por lo que el incidente, se deduce, fue producto del colapso de esas tuberías.
Lo cierto es que los sucesos evidencian que el deterioro progresivo de la estructura vial toma ahora una dimensión colosal por daños los subterráneos. Existe el peligro creciente de que estas situaciones se sigan reproduciendo, no solo en Caracas, si no se toman medidas.
Deuda histórica
«Históricamente no hemos tenido una verdadera gestión de mantenimiento», dice enfática la ingeniera civil y especialista en diseño de carreteras Celia Herrera. La experta señala a TalCual que generalmente a la estructural vial solo se le realiza mantenimiento rutinario, pero no a profundidad, es decir, restituciones de pavimento, repavimentaciones e instalación de luminarias.
Herrera explica que las fallas a nivel de pavimento pueden ocurrir, por ejemplo, porque se pavimentó sin un diseño previo o estimaciones de las cargas que puede soportar la estructura. Por otra parte, también se puede producir por la intensidad de uso y el exceso de cargas que no estaba previsto al momento del diseño, explica.
«Eventualmente, la mayoría ocurre por fugas y por botes de agua de tuberías tanto de aguas servidas como de aguas blancas que terminan lavando el terreno y provocando hundimiento». Advierte Herrera que hechos como los ocurridos el 26 y 30 de octubre pueden seguir presentándose.
Opina que es muy difícil advertir a simple vista las fallas que están por debajo de la estructura del pavimento y es por esa razón que esta requiere de mantenimientos profundos y de forma constante; así como también que Hidrocapital atienda rápidamente las denuncias por botes de agua.
Acueductos colapsados
El ingeniero Arnoldo Gabaldón —Individuo de Número de Acading y exministro de Obras Públicas— coincide con Herrera en el hecho de que «una de las características de los venezolanos es su poco apego al mantenimiento». Sostiene que la falta de estos procesos data, incluso, desde antes de la llegada al poder de la llamada revolución, por lo que las culpas no solamente recaen sobre el chavismo.
«El mantenimiento es una actividad que compromete los recursos disponibles, por lo tanto, a la gente le cuesta desarrollar un hábito de hacer reservas de su patrimonio financiero para conservar los bienes que tiene bajo su administración. Ha sido tradicional en el país que los gobiernos, y también los particulares, pongan toda su atención en cómo invertir en hacer cosas nuevas pero no en mantener operativo y en buen estado las infraestructuras equipos y servicios existentes», comenta.
Gabaldón también ve como la causa principal de que se abran megahuecos, la falta de mantenimiento de acueductos. Señala que, al menos en Caracas, el deterioro de este sistema es cada vez más notorio, a esto se le suma el colapso que producen las lluvias y que también incide en la estructura vial.
Gabaldón expone que el mantenimiento de las vías debe ser continuo y debe tener un perfil preventivo, al igual que en los sistemas de acueductos. Apunta que sería ideal para el bienestar de las vías y de la ciudadanía que estos procedimientos se realicen antes de la llegada de las temporadas lluviosas.
Hidrocapital en la mira
El arquitecto Marco Negrón, miembro honorario de la Acading, rememora que el grueso de la red vial de Caracas fue construido entre 1950 y 1984, por lo que en muchas zonas la estructura tiene más de medio siglo.
Precisa que en los últimos años del siglo pasado la construcción vial disminuyó considerablemente por la crisis política y todos los problemas que de ella se desprendieron.
egrón sostiene que la ciudad está sometida a una situación de abandono y falta de mantenimiento. Detalla sobre los hundimientos, que lo más probable es que estén asociados a falta de mantenimiento tanto de tuberías de aguas blancas como de sistemas de aguas servidas.
«De hecho, prácticamente todos los alcaldes acusan a Hidrocapital de la cantidad de huecos que hay y que se han producido por no corregir los botes de aguas», agrega.
Durante los años del gobierno de Hugo Chávez lo único que se hizo fue la carretera de Mamera a El Junquito, afirma Marco Negrón. Mientras que en la administración de Maduro se hicieron obras equivocadas como las ampliaciones de la autopista de Coche y los puentes sobre el Guaire.
Estructura nacional comprometida
Para Isandra Villegas, ingeniera civil, especialista en transporte público, una de las cosas más preocupantes es que en la actualidad es casi imposible que haya recursos para desarrollar más infraestructura. En este sentido, afirma que es urgente que el Estado se aboque a revisar todo el sistema vial de la nación y priorice los más de 2.000 puentes que existen.
Coincide con los expertos antes mencionados al explicar que la fallas de los huecos «tragacamiones» se deben a socavaciones por roturas de tuberías. Apunta que el agua que se fuga lava todo lo que es la base y la subbase del terreno y genera un vacío debajo de la capa superficial que, al final, cede por el peso.
Isandra Villegas hace referencia al tiempo que esas fallas se demoran en ser solucionadas. Sobre el caso de Artigas, los vecinos llevaban al menos un año denunciando fugas de agua a hidrocapital y el ente nunca atendió los requerimientos. Posiblemente el incidente ha podido evitarse.
Llamados en el tiempo
En febrero del 2019, un camión de volteo fue tragado por un gran hueco que se abrió en la intersección de las calle Panamericana con Ecuador, en la populosa zona de Catia, al oeste de Caracas. El vehículo, cargado con cemento, cayó dentro del socavón ubicado a pocos metros del hospital Periférico Ricardo Baquero González.
Al parecer, el debilitamiento del asfalto y el mal mantenimiento de las vías ocasionó que la calzada cediera cuando la carga pesada transitó por allí. Los megahuecos en la capital no son algo nuevo, según queda constancia en redes sociales, y podrían continuar registrándose si no se aplican correctivos.
Para 2012, la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (Acading) consideraba que el país contaba con un patrimonio vial altamente deteriorado físicamente, desde el punto de vista operacional sumamente ineficiente, por cuanto se caracteriza por una alta congestión y siniestralidad.
Acading recordó en ese entonces que zonas de la estructura vial había experimentado hundimientos en las vías, colapso de puentes, reiterados accidentes de tránsito fatales, sin contar las fallas de las vías ferroviarias.
La Academia viene alertando las consecuencias de la pérdida de la rutina del mantenimiento preventivo, propiciado en los últimos años por la centralización de la vialidad interregional y la mala gerencia de la instancia gubernamental en materia de transporte a nivel del ejecutivo nacional.
En 2018, por medio del informe Declaración Sobre la Grave Crisis del Transporte Público, la Acading aseveró que los problemas de transporte en la nación son de carácter estructural y que se habían agudizado progresivamente, hasta llegar a niveles inaceptables.
«La Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat considera que la solución del caos de transporte amerita un enfoque sistémico. Es necesario planificar un sistema de transporte público contando con la participación de los interesados (municipios, profesionales, transportistas, usuarios, etc.), procurando que las soluciones adoptadas sean de consenso, tomando en cuenta no solo la oferta de vialidad y el tránsito automotor, sino también el ambiente, la regulación de la demanda, los problemas de organización, los aspectos legales y los problemas producidos por la operación deficiente del sistema de transporte, entre otros», refirió en ese momento.